Malos Pensamientos

Algunos de nuestros problemas de ansiedad, estado de ánimo y de los agobios que sentimos están relacionados con la forma errónea que tenemos de ver o conceptualizar a los demás, a las situaciones a las que nos enfrentamos, y a nosotros mismos. Estos pensamientos siguen una serie de pautas:

  • Son ilógicos e irracionales.
  • Son imprecisos y no se ajustan a la realidad.
  • Son improductivos.
  • Son negativos y desvalorizantes.
  • Tienden a dramatizar.
  • Y tienen como resultado un aumento de la angustia y la ansiedad.

Malos pensamientos:

  • Yo debería.
  • Es horrible.
  • Yo siempre/nunca, todo/nada.
Ejercicio de apoyo 1/3

«Yo debería»

Reflexiona un poco y contesta a las siguientes afirmaciones indicando si estás de acuerdo o no:

  1. yo debería ser siempre responsable: sí – no
  2. yo debería confiar totalmente en mí misma/o: sí – no
  3. yo debería ser el/la perfecto/a amiga, hijo, padre, novia: sí – no
  4. yo debería ser el/la perfecto/a estudiante: sí – no
  5. yo debería saber y comprender todo: sí – no
  6. yo debería ser siempre amable y agradable: sí – no
  7. yo debería ser totalmente competente: sí – no
  8. yo nunca debería sentir ira, celos o envidia: sí – no
  9. yo nunca debería cometer errores: sí – no
  10. yo nunca debería tener miedo: sí – no

TOTAL:  _____   No______

Analiza tu resultado

La respuesta sana es decir “no” a todas las cuestiones. Veamos por qué.

En determinadas situaciones nos autoexigimos hacer ciertas cosas o comportarnos con la gente de una forma que nos obliga a realizar un esfuerzo muy grande. Esta autoexigencia la vivimos como una obligación, un deber, algo que necesariamente hemos de realizar.

Si analizamos estos deberes vemos que se refieren a aspectos que “estaría bien” que se llevaran a cabo (en algunos casos ni siquiera eso), pero que no existe ninguna razón para que se conviertan en una obligación. Somos nosotros quienes les damos esa categoría y es el hecho de pensar así lo que nos lleva a agobiarnos.

Observemos la diferencia entre:

  • “yo debería ser totalmente competente”, 
    • si lo soy (hecho imposible ya que no se puede ser totalmente competente), como lo considero mi obligación tiene una connotación neutra, 
    • si no soy totalmente competente (como es natural), tiene una connotación negativa y lo vivo como un fracaso y me hace sentir mal.
  • “estaría bien ser más competente”, 
    • si lo voy siendo paso a paso, tiene una connotación positiva que me hace sentir bien y me hace avanzar.
    • si no es así tiene una connotación neutra.

Ejercicio.- Haz el mismo trabajo del ejemplo anterior con todas las afirmaciones a las que hayas contestado que SÍ.

Ejercicio.- Busca en tu día a día tus pensamientos “yo debería” y aplícales el mismo “tratamiento”.

Ejercicio de apoyo 2/3

«Es horrible»

En ocasiones algunas situaciones nos parecen “terribles, horribles”, tremendamente dramáticas y negativas. No nos referimos a situaciones que son realmente terribles, sino a aquéllas que sin serlo las vivimos como tales. Veamos algunos ejemplos:

  • Es horrible que piensen mal de mí.
  • Sería terrible hacer el ridículo así.
  • Me moriría si mi pareja me abandonará.
  • Si suspendo se hunde el mundo.
  • Si no termino este trabajo será desastroso.

Analicemos una de estas afirmaciones objetivamente y veamos si son realmente tan graves o es nuestro pensamiento catastrofista el que nos hace sentir agobiados.

  • “Es horrible que piensen mal de mí”

Lo revisamos, transformando esta afirmación en otras más objetivas y realistas:

  • “Me hace sentir mal que piensen mal de mi, no me gusta”
  • “Depende de quién sea el que piensa mal de mi y de lo que realmente piense”
  • “No se exactamente lo que piensan”

¿Con cuál te quedas con el original o con la revisión?

Ejercicio.- Busca tus tres “horribles” favoritos, escríbelos a continuación y revísalos como en el ejemplo anterior. ¿Provocan en ti el mismo sentimiento de agobio o ansiedad?

Ejercicio de apoyo 3/3

«Siempre/Nunca, Todo/Nada,…»

Hay momentos en los cuales utilizamos categorías extremas a la hora de pensar en lo que nos sucede. Utilizamos términos absolutos como “todo”, “nada”, “siempre”, “nunca”, “todos”, “nadie”, etc.

  • todo va a salir mal
  • nadie confía en mí
  • todos son mejores que yo
  • nunca lo conseguiré
  • ella siempre ha sido mejor que yo

Analicemos estas afirmaciones objetivamente y veremos que son razonamientos muy extremos y que se pueden convertir fácilmente en “algo – algunas veces – algunos”.

Por ejemplo, revisemos “nunca lo conseguiré”

  • Si realmente lo intentas ¿crees que nunca lo conseguirás?
  • ¿Nunca? ¿Seguro?
  • Tal vez sea más realista decir: “es muy difícil, pero yo voy a hacer todo lo posible por conseguirlo”

Ejercicio.- Busca tus “todo – nada – siempre” y transfórmalos. ¿Provocan en ti el mismo sentimiento de agobio o ansiedad? 

«Somos nosotros quienes les damos esa categoría y es el hecho de pensar así lo que nos lleva a agobiarnos.»

Saber más, conocer cómo funciona la ansiedad para afrontarla mejor

Nuestras actitudes, nuestra manera de pensar, nuestras creencias, nuestra manera de afrontar los conflictos,… condicionan nuestro nivel de cortisol y nuestra ansiedad.

Conocer, prevenir y afrontar la ansiedad.