Este ejercicio es complejo pero puedes hacerlo si le dedicas tiempo y dedicación.
Vuelve sobre el Registro Emocional del apartado anterior. Elige una emoción para trabajar con ella esta semana. Una de las que aparezcan más a menudo, o alguna que te preocupe o que te interese especialmente, y sigue los pasos siguientes:
“El acto de nombrar te permite verte como un agente, experimentando un sentimiento reconocible, en lugar de ser una víctima pasiva del sentimiento”
Si debes hacer frente a una experiencia emocional difícil o necesitas comunicar tus sentimientos es importante que trabajes en describir tus emociones con palabras.
Te permitirá revisar tu emoción y te dará una sensación de control sobre tus sentimientos. Además, podrás verlos desde otra perspectiva y te ayudará a manejar el problema.
Observa tus reacciones emocionales y trata de distinguir si son sentimientos primarios, secundarios o instrumentales. Con la práctica puedes adquirir una habilidad automática para detectarlos. Por ejemplo: sabrás cuándo tu enfado está ocultando tu miedo.
Si son sentimientos primarios, ahora te toca revisarlos, decidir si son saludables y adaptativos o no lo son y si puedes confiar en ellos para actuar.
Saludables: deberías utilizarlos como guía para la acción.
NO saludables: es necesario cambiarlos.
Por ejemplo, ante un mismo sentimiento de enfado:
Se trata de valorar cuándo y cómo expresar tus sentimientos. Debes tener en cuenta el contexto en el que te encuentras y ser consciente del impacto que esa expresión emocional y el comportamiento que la acompaña puedan tener en las personas que te rodean.
Haz el Test, valora, decide y pasa a la acción:
Tú y tus condiciones.
Tu motivación y tus objetivos.
Tus estrategias para afrontar el estudio.
Tu autovaloración y tu manera de afrontar los resultados.